Desde GAP, sabemos lo difícil que es educar a nuestros hijos y ser una figura de referencia adecuada en cada momento. Por ello, queremos daros algunas recomendaciones para fomentar la autoestima de nuestros/as hijas/os para que así crezcan lo más felices posible.
Como padres… ¿qué podemos hacer?
- Los/as niños/as necesitan un hogar feliz y seguro, donde disfruten de cierta libertad y donde existan normas y límites claros que rigen la convivencia. A veces pecamos de laxos en nuestros criterios y son los/as niños/as los que mandan siendo esto contraproducente para ellos.
- Necesitan sentir que son capaces de hacer cosas autónomamente y resolver sus pequeños problemas, para ello la familia puede darles responsabilidades de forma gradual.
- Manifestar satisfacción por los logros y avances del niño/a. A menudo sólo captan nuestra atención al cometer errores y esto es una manera de reforzar lo malo. Sería conveniente focalizar la atención en los éxitos y así existirá mayor probabilidad de que se repitan.
- Dispensar elogios merecidos ante las tareas de los niños/as. Digamos sin tapujos las cosas que hacen bien.
- La familia debe ayudar y enseñar al niño/a con orientaciones concretas ante sus dificultades, sin menospreciar los intentos frustrados del mismo/a. Así, además de aumentar su tolerancia a la frustración le inculcamos los valores de la solidaridad.
- Es necesario evitar las comparaciones: cada niño/a debe ser valorado/a por lo que es y lo que puede hacer. El niño/a aprenderá, respetando las diferencias entre las personas.
- Admitir nuestros propios errores, porque para su seguridad, las personas necesitan aprender que a veces se fracasa y se equivocan.
- Es necesario proponer tareas de dificultad ajustada, que puedan realizar con éxito; ello generará confianza en sus propias capacidades.
- Fomentar el sentimiento de “estar satisfecho con uno/a mismo/a”, generando los pensamientos de:
- “Puedo hacer cosas”
- “Soy importante”
- “Puedo aprender”
- “Puedo equivocarme”